ambay habla de nosotros, de todos los seres sintientes que, en un instante, se reconocen parte de un tejido invisible, de una melodía que nos lleva a experimentar el pulso de la Vida desde los lugares más distantes.
Yo, Carito, me reconozco unida a ese tejido cósmico y también humano y veo, en mi creación, la fuerza de todas las personas que se unieron a este sentir ambay.
Las geografías son distintas, los amaneceres son distintos en las ciudades y en la Selva Misionera donde ahora estoy, sin embargo, todos en ambay conectamos con ese sol interno que nos lleva a creer y, desde allí, a crear.
ambay recibe la fortaleza, el pensamiento, el trabajo artesanal, las palabras, los desafíos ….
Las puertas se van abriendo desde el inicio y lo que siento es que el amor llega a través de las manos que ayudan, de los abrazos, de las metas que vamos celebrando juntos
Desde mil manos y desde mil almas ambay crece.
Creo que fue semilla desde mi infancia, cuando en la chacra de mis abuelos, la naturaleza se vestía de soles y de lluvias, de aromas, de juegos y de conocer la tierra, de palparla, de conectar con ella.
Cómo darle una figura que contenga este regalo de la Vida que es el encuentro con el Otro.
Eso es ambay…
ambay somos nosotros buscando nuestros propios caminos, nuestras propias respuestas, escuchando la intuición y, a la vez, creciendo con cada encuentro
ambay son los abrazos de mis amigos, de mi familia, el sombrero de mi padre, las personas que llegan y se quedan en algún lugar del alma
ambay es Yuya, mi fiel compañera, que dejó la gran ciudad para despertar cada mañana a mi lado
ambay es creer para crear.
Soy Carito, la artesana creando un sueño, dándole materia y forma.
Somos nosotros, en ambay, somos mucho más que una sola persona.
Gracias por este creer que ayuda a crear.