Nuestra historia

Ambay nace como un sueño, en Londres. Allí estaba yo, buscando tendencias para mi trabajo en Buenos Aires, cuando surgió una idea…. Y allí apareció un cuaderno en el que pude volcar todo lo que sentía. Ese fue el primer instante, de los pensamientos a concretarlos, como punto de partida, como gestación.

Como toda gestación, ambay llevó ese tiempo de días y noches de pensarlo, de imaginarlo, de darle forma. Fueron momentos intensos, una claridad que aumentaba. Lo que quería hacer iba creciendo en un mundo que se mostraba cada vez más hostil, en un sociedad orientada a un consumo descarte.

El circuito de la moda me hacía reflexionar y darle cada vez más fuerza a mi intuición : yo, Carito, quería un circuito de moda y diseño textil consciente. El primer paso estaba dado, el camino me llevaría por muchos lugares pero la pasión por recorrerlo era palpable.

En Londres, en al año 2019 siento esa claridad. El cuaderno fue mi ruta de navegación. Aún lo conservo, es el útero de ambay , es magia para mí, un despertar.

Y cuando yo despierto, también me siento un canal para mostrar a otros que podemos hacerlo.

Londres, 2019

Mientras recorría la ciudad descubrí el cuaderno que sería como un Mantra para mí. Era amarillo, el color que iluminaba, era luz, era ambay.

Mis pasos guiaban una historia que empezaría a gestarse con impronta creativa, con responsabilidad ecológica, con fuerza que apasionaba.

Yo, Carito, estaba transmutando. De una vivencia fuerte nacía ambay. Había encontrado la forma de sanar mis propias heridas. Unos meses antes me había internado en la selva, tuve el contacto con la tierra, mis instintos me llevaron a tomar un lienzo y llenarlo de barro, la magia se estaba produciendo y aún no era consciente de toda la fuerza que me impulsaría.

Era como un sueño, el despertar de un sueño, el pasaje de una vida a otra.

Ambay es ese fruto que nació de un desvelo, de un desarraigo, de ausencias que luego pudieron encontrar texturas y colores para expresarse…

Ambay nacía a la vida como una expresión de Vida, la mía propia, Carito construyendo con sus manos una nueva manera de vivir.

Yo vivo entre grandes ciudades y la Selva Misionera. Me crié entre el verde, la naturaleza, en contacto con la tierra, con los miles de arroyos que nos nutren. Mi conexión con lo ancestral es muy fuerte, tomo esa vibración que nos da este lugar de magia, de colores, de texturas, de aromas y canto de pájaros.

Siento que quiero llamar a mi empresa con algo que me recuerde todo lo que quiero hacer. Sobre todo, quiero que podamos como sociedad ver desde otros ojos toda la riqueza que tenemos.

Al darle mil vueltas al nombre recuerdo un árbol, el ambay, tan típico nuestro, tan usado por nuestras abuelas para curar.

ambay es lo que habla de este poder de resiliencia, de sanación, de poder mirar las heridas y buscar un bálsamo.

Desde el verde y nutricio Misiones, el ambay sana porque crece en terrenos desforestados.

Grandes árboles que ya no están dejan cicatrices, dejan su huella, su presencia, pero en la biósfera también generan un vacío.

El ambay viene a curar, crece en situaciones hostiles para no dejar morir la selva….

La claridad de lo que yo buscaba se hizo indiscutible … ambay sería el nombre de mi marca y sería, también, una manera de conectar con la vida desde todos los momentos, un cable a tierra para un mundo que necesita sanar.